Hay una historia curiosa tras la guitarra tenor, y todo proviene del tiempo en que la guitarra aún no era considerada un instrumento útil, profesionalmente hablando, es decir, del momento en que en las bandas del momento usaban el banjo como único instrumento armónico (una guitarra normal, en la calle, rodeada de instrumentos de viento, apenas se oye, un banjo sí). El banjo tiene una gran proyección de sonido, pero prácticamente carece de cuerpo.
Con el auge de la guitarra, muchos banjistas tuvieron que reciclarse para poder tocar tanto el banjo como la guitarra, según lo pidiese la ocasión. De modo que comenzaron a encargar guitarras que tuviesen solamente cuatro cuerdas porque de ese modo la adaptación, el paso de un instrumento a otro les resultaba menos trabajoso. Las grandes firmas de guitarras, las históricas digamos, incluyeron en sus líneas de catálogo el apartado de guitarras tenor, de modo que los pedidos debieron ser más que testimoniales y aún hoy se mantiene un segmento de guitarristas que las tocan.