Es muy sencillo, toca desde el corazón y desde el alma. Olvida todos los libros y las clases y toda la maldita teoría y escalas que conozcas, pilla la guitarra y toca desde el alma para variar. Basta con que te sepas unas pocas nociones como las escalas mayores, las escalas menores y las escalas pentatónicas. No pierdas el tiempo con la dorio ni con la mixolidia, todo está en el alma.